Mientras los productores de televisión se quejan de que ya no tienen actrices que sean las estrellas que enamoren a sus audiencias, la industria de la tv ha hecho de que estas figuras dejen de ser una buena fuente de negocio.
Y es que en el pasado nombres como Thalía, Lucía Mendez o Lucero eran sinónimo de una inversión a largo plazo, que le dejaría a Televisa buenos dividendos al explotarlas en su pantalla.
La productora Verónica Pimstein cuenta que en su momento Televisa creó una estrategia para que Thalía creciera mientras protagonizaba las telenovelas de las “Marías”.
“Para convertirlas en estrellas había un plan. Con ella se decidió que evolucionaría en cada uno de los programas”, explicó la productora de Marimar. Por su parte Álvaro Gordoa, consultor de imagen pública explicó:
“Era normal que no sólo el canal invirtiera en ella, también la disquera e incluso personas del poder como hijos de ex presidentes, porque era una inversión que iba a redituar”.
El consultor señaló que el modelo de negocio que son las telenovelas ya ni siquiera es atractivo a los anunciantes e incluso Televisa ya no invierte en sus protagonistas como antaño.
“¿Por qué habrían de invertir en una persona que va a capitalizar esa exposición en otros lugares que no sea la misma empresa? Con redes sociales, marcas y otros medios, el individuo puede hacer redituable su fama para sí mismo, no para la televisora”.
La nueva forma en que la televisión se desarrolla deja atrás el tiempo en el que sólo Televisa tenía el poder para crear una figura inalcanzable.
Con los diferentes medios en donde no sólo se ven series de televisión, ni siquiera hay espacio para las exclusividades. Según Gordoa Televisa entró muy tarde a los cambios y explicó que en lugar de preocuparse por la carencia de estrellas, deberían de invertir en historias de calidad y talento.
“No es que Televisa esté encontrando el hilo negro, simplemente está haciendo lo que Netflix hace, sólo que lo está haciendo ocho años tarde. Ya no es invertir en una persona, sino en el contenido, contenido de calidad”, dijo.
A punto de terminar el año varios productores de Televisa ya están en proceso de iniciar con las producciones que saldrán al aire el próximo año. Entre ellos está Salvador Mejía, quien en ha sido un defensor de la telenovela.
En este ánimo por apostarle a la telenovela que “millones de mexicanos quieren ver”, Mejía y otros productores de Televisa expresan la complicación que representa la ausencia de una gran protagonista.
“Rosa Salvaje es la telenovela más exitosa de Televisa de todos los tiempos y entre la trama y otras cosas tenía la parte angelical de Verónica Castro. Necesitamos estrellas de esas, pero ahora lo que pasa es que se casan y se van; tienes que estar haciendo y haciendo nuevas (estrellas)”, dice Mejía, quien en sus telenovelas ha tenido a Ana Brenda Contreras, Dana García, Elizabeth Álvarez como sus estrellas.
La queja no sólo es del productor de telenovelas como Fuego en la Sangre, Juan Osorio y Verónica Pimstein comparten la opinión. Verónica, hija de uno de los productores más prolíficos de Televisa, Valentín Pimstein, también tuvo a su cargo la producción de Marimar y explica que los tiempos modernos tienden a convertir a los actores en algo desechable.
“El ritmo de la televisión cambió la gente no tiene la paciencia para que las cosas evolucionen despacio. La modernidad se impone, en el mundo actual la gente es desechable, un día eres famoso y al día siguiente ya no; creo que también es el ritmo al que va surgiendo”, explicó Pimstein.
A decir de Gordoa, el consumidor tiene mayor poder por la cantidad de opciones. “En su momento era lo que te diera la televisora y lo que te diera Televisa, por eso se creaban estas figuras, pero ahora con las redes sociales e internet todos pueden encontrar forma de capitalizar su fama”. Gordoa opina que los nuevos nombres de las protagonistas como Angelique Boyer, Ariadne Díaz, Livia Brito, Esmeralda Pimentel, Michele Renaud, no son tan conocidos y sólo que prevalecen las protagonistas de antaño.
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